El BRICS y la Hora de la Verdad

 

Rue20 Español/ Rabat

 

Abdellah Boussouf*

 

 

El economista y experto financiero estadounidense, Jim O’Neill, desconocía que al redactar un informe económico en 2001 para el banco estadounidense Goldman Sachs, se originaría el acrónimo BRIC, representando a las economías emergentes de Brasil, Rusia, India y China. En particular, el informe número 66 sobre gobernanza económica mundial sentó las bases para la formación de una aglomeración económica entre estos cuatro países en 2009, inmediatamente después de la crisis financiera global de 2008. Este bloque aspira independizarse de las regulaciones de instituciones financieras como el Banco Mundial (BM) y el Fondo Monetario Internacional (FMI), que acatan las políticas monetarias de las naciones occidentales, encabezadas por Estados Unidos. En 2010, Sudáfrica se adherió al bloque económico bajo el nombre BRICS, con el respaldo de China. Esto se debió, en primer lugar, a la necesidad de representar a África en esta nueva alianza económica, y en segundo lugar, a las sólidas relaciones comerciales entre China y Sudáfrica.

 

Nunca imaginó el experto estadounidense Jim O’Neill que BRICS llegaría a su decimoquinta cumbre, que se celebraría en agosto de 2023 en Sudáfrica. Esta edición ha recibido una atención mediática sin precedentes debido a su contexto y su nueva agenda. Ha sido celebrada de manera presencial después de la pandemia de COVID-19 y en medio de las repercusiones del conflicto ruso en Ucrania. Las consecuencias de este conflicto se han extendido a crisis energéticas, aumentos en los precios de productos básicos y una crisis en el suministro de cereales. También ha afectado cuestiones como la inmigración, la seguridad y la energía en los países del norte de África y del Sahel. La celebración de esta cumbre conoció la emisión de una orden de arresto por parte de la Corte Penal Internacional (CPI) contra el presidente ruso Putin. Además, Putin participó digitalmente a través de Skype en las sesiones de BRICS que se llevaron a cabo del 22 al 24 de agosto de 2023.

 

Esta edición se caracterizó por un cambio en el enfoque de BRICS y en la agenda de la cumbre en Sudáfrica. Se ha evolucionado desde un enfoque puramente económico hacia la creación de una nueva alianza económica y política que compita con el Grupo de los Siete (G7), con el objetivo de eliminar al dólar estadounidense como moneda de intercambio dentro del bloque BRICS.

 

Es relevante resaltar en la agenda de este curso la respuesta a las solicitudes de adhesión al BRICS. Las autoridades de Sudáfrica han trabajado en diluir las actividades paralelas a la cumbre del BRICS, invitando a múltiples entidades y organizaciones para que atiendan sus propias agendas, apartándose de los objetivos del BRICS. Esto incluye la invitación al líder separatista, Brahim Ghali, que llegó en un avión argelino. Además, las autoridades de Pretoria han anunciado que Marruecos ha presentado una solicitud para unirse al BRICS, una afirmación que ha sido desmentida en su totalidad por Marruecos. Cabe mencionar que Marruecos mantiene relaciones bilaterales estratégicas con China, Brasil, Rusia e India.

 

Recordando la tasa de desempleo en Sudáfrica, que ha superado el 30%, una de las cifras más altas a nivel mundial, y la crisis eléctrica que se ha intensificado, llegando al punto en que se interrumpe el suministro eléctrico durante diez horas al día en los hogares sudafricanos. Analizaremos también el beneficio que Sudáfrica obtiene de la invitación al líder de los mercenarios, así como la inclusión en la declaración final del BRICS del tema del Sahara marroquí.

 

Numerosas fuentes mediáticas han señalado que China estaría impulsando la incorporación de nuevos miembros al BRICS. Dado su estatus como la segunda economía más grande a nivel mundial y su interés en ampliar la membresía del BRICS, podría establecerse como un competidor frente a Estados Unidos, líder del G7. Por otro lado, India no parece tener prisa por anunciar nuevos miembros, posiblemente debido a su percepción de la ambición china por liderar el BRICS. Además, Brasil y Sudáfrica son los únicos representantes de América Latina y África respectivamente. La inclusión de nuevos miembros implicaría nuevos competidores para ellos en relación a los privilegios del BRICS y su respaldo al Fondo de Desarrollo del grupo.

 

El comunicado final de la cumbre del BRICS anunció la incorporación de seis nuevos países a partir de 2024. Estos países son Argentina, Arabia Saudì, Egipto, Etiopía, Irán y los Emiratos Árabes Unidos. Esta expansión geográfica representa la inclusión de naciones del Golfo ricas en recursos energéticos y riquezas. Además, esta decisión tiene un carácter político, al unir a naciones con conflictos históricos o actuales, como Arabia Saudí e Irán, marcados por largos periodos de rivalidad y confrontación. La reciente acción de China como mediador en la reconciliación diplomática entre Arabia Saudí en los e Irán en los últimos meses en Pekín, así como su contribución en la resolución del conflicto en torno a la presa de Renacimiento entre Egipto y Etiopía que estaba a punto de desencadenar una guerra en más de una ocasión, han sido factores influyentes en esta expansión. Estos eventos se suman al rol político y militar de Egipto en la región, junto con el papel de Etiopía en el Cuerno de África.

 

La incorporación también abarcó a los Emiratos Árabes Unidos, destacando su liderazgo en los ámbitos de relaciones internacionales, inversión y energía, así como su notable aporte en el Banco de Desarrollo del BRICS desde 2021. Además, se sumó Argentina con su sólida capacidad económica, materias primas y notables mejoras en el nivel de ingresos per cápita.

 

Tras el anuncio de Pretoria, la nación que ostenta la presidencia rotativa del BRICS, sobre la aceptación de solamente seis miembros de entre 23 solicitudes, se pone de manifiesto una realidad innegable: las naciones no admitidas, entre ellas la vecina Argelia. La presidencia argelina ha adoptado un discurso ambivalente, manteniendo por un lado lemas de poderío y solidaridad con las naciones, y sugiriendo que su incorporación al BRICS es solo cuestión de tiempo. Este discurso parece estar orientado hacia la audiencia interna. Por otro lado, han continuado desperdiciando los recursos del pueblo argelino al financiar conflictos ficticios, campañas mediáticas y disputas de derechos infructuosas. Estos fondos son necesarios para el desarrollo y la infraestructura del país, y para combatir la escasez de alimentos básicos. No es aceptable que una nación rica como Argelia espere la ayuda de China para construir su mezquita más grande, o la generosidad de Qatar para erigir su hospital principal, mientras depende de otras naciones para proyectos ferroviarios y complejos residenciales.

 

A pesar de las visitas del presidente Tebboune a Moscú y Pekín, y la firma de contratos de compra de armas, así como la promesa/soborno de inyectar mil quinientos millones en el Fondo de Desarrollo del BRICS, el liderazgo argelino era consciente de la respuesta de rechazo y sus razones. Esto se debe a la dependencia de la economía argelina en los ingresos energéticos exclusivamente, a la falta de diversificación, a los bajos ingresos per cápita y a otros temas relacionados con el peso político de Argelia en el equilibrio de las relaciones internacionales. Por lo tanto, el presidente Tebboune no asistió a Sudáfrica, ni el primer ministro ni el ministro de Relaciones Exteriores de Argelia asistieron; en su lugar, el país estuvo representado por el ministro de Finanzas. Este resultado político desalentador se produce en medio de una crisis en el sur de Argelia, es decir, en Níger y los países de la costa, y en el horizonte de las elecciones presidenciales de 2024.

 

La próxima cumbre del G20 en Nueva Delhi plantea preguntas sobre la dinámica global. Con la incorporación de 11 nuevos miembros al BRICS, esto añade peso en términos económicos, demográficos y políticos. Específicamente, dado que varios países son parte tanto del BRICS como del G20, surge la interrogante de si la cumbre revelará tensiones encubiertas entre China/Rusia y Estados Unidos. También es posible que se anuncie oficialmente el surgimiento de un nuevo mundo multipolar. Sin duda, la cumbre de septiembre en la India marcará un momento crucial para la nueva versión del BRICS.

 

*Secretario general del Consejo de la Comunidad Marroquí en el Extranjero (CCME)

 

Traducción de: Ikram Oualla

 

 

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