Rue20 Español/ Rabat
La relatora especial de las Naciones Unidas sobre la situación de los defensores de los derechos humanos, Mary Lawlor, llamó a la liberación de todos los defensores de los derechos humanos encarcelados en Argelia por haber ejercido sus derechos a la libertad de expresión, asociación y reunión.
En un informe publicado al término de una visita oficial a Argelia, Lawlor llamó a «dejar de intimidar o atacar a los defensores de los derechos humanos y a no restringir su libertad de circulación ni en Argelia ni en el extranjero».
También, insistió en la necesidad de modificar los artículos del Código Penal relativos «al terrorismo y al atentado contra la unidad nacional, que se utilizan para restringir las actividades de los defensores de los derechos humanos», al tiempo que llamó a la aprobación de la ley de asociaciones para permitir el registro mediante declaración.
Lawlor se refirió en particular al caso de Kamira Nait Sid, defensora de los derechos humanos y copresidenta del Congreso Mundial Amazigh (CMA), que fue condenada a tres años de prisión por «atentar contra la unidad nacional», un delito vagamente definido por la ley argelina.
Asimismo, llamó la atención sobre el caso de Ahmed Manseri, que se encuentra en prisión preventiva y es objeto de una investigación por cargos relacionados con entrevistas que concedió a plataformas mediáticas extranjeras sobre la protección de los derechos humanos.
«Los defensores de los derechos humanos y las organizaciones de la sociedad civil deben poder respirar, organizarse, reunirse libremente y publicar sus ideas y críticas», de acuerdo con la Declaración de las Naciones Unidas sobre los Defensores de los Derechos Humanos, sostuvo la relatora.
En sus observaciones preliminares sobre su visita, del 25 de noviembre al 5 de diciembre, Lawlor señaló que «está claro que los defensores de los derechos humanos que optan por operar fuera del marco ofrecido a la sociedad civil por el Gobierno se enfrentan a graves dificultades», lamentando que «esto también repercute en sus familias».
En sus conversaciones con muchos activistas, Lawlor observó que muchas personas se refirieron a una «policía política que existe en la sombra y no parece rendir cuentas».