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Naoufal Bouamri
Entre el 25 y el 28 de mayo de 2022 tuvo lugar un hecho diplomático sin precedentes en la historia de las relaciones entre Marruecos y Rusia por un lado, y entre Rusia y Argelia, por otro.
Se trata de un acontecimiento que refleja hasta qué punto Marruecos pudo desarrollar su relación con la Federación Rusa de manera que esta última interactuó de forma rápida con un incidente diplomático en el que Marruecos y Argelia fueron partes, por las declaraciones del embajador ruso en Argelia, que estaba a punto de hacer que Rusia fuera en el centro de unas declaraciones que podrían provocar una crisis diplomática sin precedentes entre su país y Marruecos, de no ser por la rápida y eficaz actuación del Estado ruso, que retiró al embajador de inmediato, sin esperar la reacción marroquí, en una fuerte interacción diplomática hacia la región.
Este acontecimiento dejó muy claro hasta qué punto Marruecos fue capaz de empujar a Rusia a reevaluar su relación con él y con Argelia, y a tener en cuenta los grandes intereses de Marruecos, lo que destaca la importancia de las posiciones inteligentes que toma Marruecos respecto a varios acontecimientos en el ámbito internacional, el último de los cuales fue la guerra ruso-ucraniana/occidental.
El motivo de hablar sobre este tema es la forma en que la presidencia rusa interactuó con las declaraciones de su embajador en Argelia, Igor Belyaev, quien brindó declaraciones a los medios argelinos, incluida su declaración en la que destacó lo siguiente: “Las posiciones de Argelia y Moscú son idénticas sobre varios temas internacionales, como el tema palestino y el tema de la descolonización en el Sáhara Occidental”, que es una declaración extraña que contiene una distorsión política grave y mayor de la posición oficial rusa, especialmente porque las posiciones expresadas por este exembajador en Argelia contradice completamente la posición oficial rusa anunciada previamente en el Consejo de Seguridad y en las declaraciones de sus funcionarios al Ministerio de Relaciones Exteriores de Rusia sobre el expediente del Sáhara que apoya las resoluciones del Consejo de Seguridad, la última de las cuales fueron las posiciones anunciadas tras la reunión del embajador de Marruecos en Rusia con Sergey Vershinin (el viceministro de Asuntos Exteriores de la Federación de Rusia), que contradicen las posiciones expresadas por el embajador deportado de Argelia por su declaración de posiciones políticas que sólo expresan su visión personal y no la posición oficial rusa.
Lo que llama la atención aquí no son estas declaraciones marginales, que no tienen ningún valor diplomático. Lo más importante es la interacción del Estado ruso con estas declaraciones. Tan pronto como el embajador ruso retirado de Argelia las hizo, la maquinaria diplomática oficial se movió y lo destituyó sin esperar a la protesta o movimiento oficial y mediático de Marruecos, ya que se apresuraron a llamarlo para que ingresara a Rusia, y sorprendentemente, fue reemplazado por el embajador ruso en Marruecos, Valerian Shuvaev, quien fue designado embajador extraordinario en Argelia el 27 de mayo de 2022 por decreto presidencial nº 321 menos de 48 horas después de la salida mediática del ex embajador, que casi provocaría una crisis diplomática entre Marruecos y Rusia, especialmente con la gran difusión mediática de estas declaraciones por parte del régimen argelino y la gran comercialización de los mismos dentro de los diversos escudos mediáticos del régimen argelino.
Mensaje de Rusia a Marruecos: No quiere hacer suyas las declaraciones de su ex embajador en Argelia por su peligrosidad, lo que le llevó a tomar distancia de él, y como prueba de su buena voluntad diplomática hacia Marruecos, procedió a interactuar rápidamente en este asunto, y mostró su deseo de no querer convertir el asunto en una crisis diplomática entre los dos países, ya que una vez que él las hizo, Rusia lo retiró y lo reemplazó, en línea con las posiciones políticas rusas hacia Marruecos, especialmente porque Rusia ya había adoptado una postura neutral positiva acerca del conflicto, con el aumento del volumen de intereses mutuos con Marruecos en la región y el aumento del volumen de la demanda diplomática rusa por Marruecos debido a los roles económicos y políticos y de seguridad que está desempeñando en la región y la claridad de sus posiciones internacionales, especialmente cuando Marruecos se abstuvo en la votación sobre la decisión de congelar la membresía de Rusia en el Consejo de Derechos Humanos.
Además de no asistir a la sesión del Consejo de Seguridad que anunció la imposición de sanciones económicas internacionales a Rusia, por lo que estas posiciones marroquíes llevaron a Rusia a evaluar su relación con Marruecos en base a estos movimientos de la diplomacia marroquí en línea con la visión marcada por el Rey, y en consonancia con ello, Rusia tomó la decisión de retirar a dicho embajador y sustituirlo por el embajador ruso en Marruecos, sin dejar ningún vacío en su embajada rusa en Rabat, ya que, una vez reubicados sus embajadores, nombró un nuevo Embajador de Rusia en Rabat, Vladimir Baybakov, por decreto presidencial No. 320, quien se graduó del Instituto de Relaciones Internacionales de Moscú, y anteriormente ocupó el cargo de Consejero Principal en la Embajada de Rusia en los Estados Unidos de América, así como Jefe de Departamento y Director Adjunto del Departamento de África del Norte y Oriente Medio.
El mensaje de Rusia a Argelia es claro, es decir, la posición oficial rusa frente al conflicto del Sáhara es la que expresa a través de sus canales oficiales, y no a través de declaraciones personales sin valor diplomático.
El paso dado por Rusia hacia este embajador es una declaración oficial de que Rusia no puede permitir que ninguna parte, incluso Argelia, manipule declaraciones no oficiales, incluso si fueron emitidas por su embajador, especialmente si expresan un punto de carácter personal y contradicen la posición oficial rusa.
También es una confirmación de la distancia que la Federación Rusa ha tomado de la interacción de los medios oficiales argelinos con estas declaraciones, una distancia que hace que Rusia trate con igualdad a Marruecos y Argelia.
Es una distancia que tiene en cuenta sus intereses en Argelia, que no serán a expensas de Marruecos, con el que el volumen de intercambios comerciales se ha desarrollado a altos niveles. A esto se añade el volumen de gestiones diplomáticas conjuntas entre ambos países (Rabat y Moscú) que fortalecerán la confianza que se ha construido desde la visita del Rey Mohammed VI a Rusia, y su reunión con el presidente ruso Putin formó un anuncio de la apertura de una nueva página entre los dos líderes y los dos países.
Este rápido movimiento ruso pone de manifiesto su pragmatismo en su diplomacia exterior, ya que no podrá arriesgar sus intereses con Marruecos, y no aceptará será objeto de ninguna manipulación mediática o política por parte del régimen argelino, lo que demuestra la conciencia de Rusia sobre la posición marroquí sobre las asociaciones que está construyendo según la visión fijada por el Rey en sus discursos. Una asociación que no será en detrimento de la unidad territorial y nacional de Marruecos.
Parece que Rusia entendió la seriedad de Marruecos en su visión y vio cómo Marruecos se movía frente a todos los países que tenían posiciones ambiguas hacia él y hacia el conflicto del Sáhara, por lo que Rusia no dio la oportunidad a Argelia para envenenar la relación marroquí-rusa empujándola hacia el choque, sobre todo porque Marruecos mostró fortaleza diplomática frente a todas las posiciones que quieren perturbar o perjudicar su integridad territorial, lo que confirma la posición que disfruta Marruecos en la política exterior rusa.
Lo curioso es la forma surrealista en que Argelia explicó la movida rusa trasladando a Argelia a su embajador en Marruecos en lugar del embajador destituido.
Un diplomático argelino que se presenta como el decano de los diplomáticos argelinos, llamado Noureddine Djoudi, hizo una declaración mediática extraña y sin precedentes en el sitio web de Al-Shorouk, diciendo que el embajador ruso que fue trasladado de Marruecos a Argelia presentará todas las informaciones que recopiló en Marruecos durante su servicio allí al Estado argelino como si el embajador ruso fuera un agente del régimen argelino. Dijo textualmente:
“Entre los temores del Reino de Marruecos y sus amigos, sobre el traslado del embajador ruso a Marruecos para trabajar en Argelia, es la posibilidad de que este embajador proporcione las valiosas informaciones, que recopiló a lo largo de su trabajo en el vecino occidental, a las autoridades argelinas en el marco de la cooperación bilateral, debido a las distinguidas relaciones entre Argelia y Moscú”.
Esta extraña declaración muestra la forma en que la diplomacia argelina trabaja y trata con aquellos que considera sus aliados que quieren emplearlos para servir sus enfermas agendas en la región de una manera que los humilla a ellos y a sus países, especialmente para un país del tamaño de Rusia. Este régimen considera a los embajadores de Rusia como agentes del ejército!! ¡¡Y por sus servicios de inteligencia militar!!
Es una lógica que nunca hemos visto antes en la historia de las relaciones internacionales, ni siquiera en su período más difícil, la Guerra Fría, ni siquiera a la luz del conflicto político y diplomático que vive hoy el mundo entre Rusia y Occidente en general, ya que ningún país salió a anunciar que el embajador de otro país le proporcionaría lo que recopiló de información diplomática en el desempeño de sus funciones diplomáticas.
Para concluir, con su acción diplomática, Rusia ha restablecido la relación entre Marruecos y Argelia al ritmo del equilibrio diplomático entre ambos países, que es un equilibrio al servicio de Marruecos y de sus intereses y reforzará las oportunidades de cooperación entre Rusia y Marruecos, que estén al servicio de los intereses vitales de los dos países.
Traducción de: Mohamed Charbi