Rue20 Español/ Rabat
La identidad marroquí destacada en el discurso de SM el Rey Mohammed VI con motivo del 48º aniversario de la Marcha Verde «revela una vocación geopolítica única» en el área atlántica, afirmó Fabio Albergaria de Queiroz, profesor de la Escuela Superior de Defensa (ESD) de Brasil.
El discurso real «arroja una luz importante sobre el papel de Marruecos en África, en particular, pero también en el espacio atlántico», subrayó Queiroz en declaraciones a la MAP, señalando que «Su Majestad subraya que, sin descuidar su privilegiado estatus mediterráneo, Marruecos busca afirmarse como actor clave en el Atlántico, ya que posee la costa atlántica más larga de África», donde cuenta con una notable infraestructura portuaria.
Para el experto brasileño en geoestrategia, «las identidades nacionales son, en cierta medida, el resultado de múltiples variables, que van desde criterios materiales y objetivos hasta elementos intangibles, situados en el ámbito de las ideas y percepciones que permiten a los países definir quiénes son y qué quieren».
En este sentido, añadió Queiroz, «Su Majestad, al reforzar la identidad atlántica marroquí, revela la importancia de las acciones que tienden ‘puentes’ basados en valores e intereses compartidos».
Para él, «esto equivale a reconocer el Atlántico como una región formada por un grupo de países cuyas percepciones, intereses y preocupaciones están tan interconectados que sus problemas no pueden resolverse razonablemente por separado».
En este sentido, señaló, «Marruecos desempeña un papel fundamental en la construcción de mecanismos de cooperación, confianza e integración entre este país y África y entre África y las Américas, lo cual coloca a Marruecos como socio estratégico de Brasil, el mayor país atlántico».
De hecho, al considerar toda la costa atlántica africana como zona de interés, la estabilidad de esta región se convierte en una cuestión de mayor importancia para los responsables de la toma de decisiones en Brasilia, subraya el académico brasileño.
A su vez, señala, Marruecos, al ocupar la parte oriental de esta zona, «asume un potencial papel de liderazgo en la construcción de una amplia conexión geopolítica» entre África y Sudamérica.
Para implementar con éxito este escenario, sugiere, «es necesario considerar la importancia geoestratégica del Atlántico en una perspectiva más amplia, tomando como referencia el eje Brasilia-Rabat como uno de los principales motores de la construcción de una identidad atlántica mutuamente beneficiosa».
«Esto es particularmente deseable en un momento de creciente incertidumbre, cuando los mecanismos existentes parecen cada vez menos capaces de hacer frente a las tensiones geopolíticas contemporáneas que están surgiendo en todo el mundo», concluye Queiroz.